Yo creo que la situación en la que estamos ahora es muy similar a la de 1840. Los médicos no creían que hiciese falta lavarse las manos antes de operar, les resultaba increíble que pudiesen tener algo invisible en sus manos que infectase a sus pacientes. El sesgo que proviene de la promoción farmacéutica es como una bacteria, invisible para muchos médicos que se consideran insultados, igual que en 1840, ante la sugerencia de que pueden estar siendo portadores de infeccionesDr. Peter Mansfield (Healthy Skepticism)
26 nov 2010
Tamos en el horno
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