8 feb 2011

Facebook y Salud

Interesante artículo de Somos Medicina:



La misma semana en la que Facebook cumple su séptimo aniversario se ha hecho público un estudio que asocia su uso reiterado por parte de adolescentes con diversos comportamientos considerados como de riesgo para la salud. Desórdenes alimenticios, alteración en la percepción de la imagen corporal, comportamientos anómalos en relación a la comida y al peso.

No se trata del primer estudio que vincula determinadas conductas peligrosos con el uso de Facebook o de Internet en general. Aunque en este caso se limitan a hablar de una asociación entre tiempo de exposición y las medidas estudiadas. Sin embargo los fallos metodológicos y el que los autores realicen una asociación causal sin basarse en datos invalidan gran parte de sus conclusiones.

El estudio consistió en un cuestionario a 248 chicas de 12-19 años sobre sus hábitos de consumo de contenidos a través de Internet y la televisión (así como del tipo de contenidos). En concreto los investigadores buscaban aquellos contenidos que promovían los modelos de imagen extremos, conocidos como el modelo Barbie. Además las chicas rellenaron un cuestionario sobre satisfacción personal, hábitos dietéticos y de imagen, adelgazamiento, bulimia, autopercepción, etc.

Analizando los datos se observó una asociación entre un mayor número de horas en Facebook y la incidencia de bulimia, anorexia, insatisfacción física, percepción negativa de la propia imagen corporal, actitudes negativas ante la comida y dietas adelgazantes. La exposición online a música y contenidos de moda mostró unas tendencias similares pero con menor impacto sobre los trastornos de la alimentación.

Y hasta aquí debería llegar un estudio transversal. Planteamiento de la hipótesis, diseño del estudio, toma y recogida de datos, análisis y redacción. Asumir algo más que una simple asociación o una tendencia en los datos a partir de un estudio transversal es faltar a la ética investigadora. En este caso se ha encontrado que entre las chicas que más utilizaban Facebook y otros medios online (música, páginas de cotilleos...) mayor era la incidencia de determinadas conductas. Esto no quiere decir que Facebook sea el causante, tal vez sea un síntoma más de la enfermedad.

Estas conclusiones no son demasiado novedosas, ya que el consumo elevado de prensa rosa ya se había asociado también en formato papel con una mayor incidencia de este tipo de conductas. Sin embargo en los últimos años incluir al gigante de las redes sociales en cualquier estudio parece una garantía de su difusión mediática.

Por suerte los autores no se limitan sólo a buscar asociaciones causales un tanto precipitadas, también estudiaron cómo el apoyo de los padres a la hora de navegar por Internet parece ser favorable para mejorar la capacidad de las jóvenes al enfrentarse a estos contenidos. De modo que mantener una actitud dialogante con las niñas acerca de estos temas parece fortalecer sus mecanismos de defensa ante posibles conductas de riesgo.

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