Imagina por un momento que te conviertes en paciente, que por la puerta ves entrar un tropel de personas con bata blanca que blanden en sus manos utensilios que no reconoces, que agarran tu cama y comienzan a trasladarla por el frío corredor mientras tú apenas llegas a ver pasar los neones del techo, que tus familiares te lanzan una mirada desesperada mientras te alejas en la distancia… y todo ello ¡sin que nadie medie palabra! ¿Cómo te sentirías? La calidad asistencial y la satisfacción del paciente son sólo una cuestión de formas. No quieras para nadie lo que no desearías para ti. Los pequeños detalles en la asistencia sanitaria marcan grandes hitos en la vida del enfermo. Del sanitario depende convertirse en una máquina de curar o en un buen profesional. Yo como paciente me quedo con lo segundo.
Fuente: Paradigmedical
26 sept 2010
Atención al paciente
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