El Dr. Sebastián González nos comparte nuevamente un texto, esta vez acerca de una temática complicada como lo es el hecho de tener un embarazo, y cargar con una posible trombofilia.
Perder un embarazo es un dolor del alma. Y todo dolor cura con heridas
de algún tipo. Pero no está bueno que ante el miedo de que el dolor
regrese o la herida no cicatrice, nos sometamos a conductas que pueden
a la larga traer consecuencias nada buenas...
15% de las mujeres pierden uno, 5% dos y tan sólo un 1% tres o más...
No hay clara evidencia acerca de que el tratamiento con Heparinas
evite el aborto en las trombofilias y me parece que muchas veces somos
muy blandos de lapicera cuando se indica heparina a una gestante que
ha perdido un embarazo... Todos y todas hemos visto esta indicación
más de una vez en secundigestas...
Chest en el 2008 (les adjunto) en una mujer con 3 o más pérdidas de
embarazo y con diagnóstico de trombofilia del tipo antifosfolipídico
(SOLAMENTE) recomienda heparinas.... Remarqué solamente porque la poca
evidencia indica en ese sindrome y no en los otros. También advierte
que es algo desafiante el uso de antigoagulantes durante el embarazo
por los riesgos fetales y porque la mayoría de los estudios son
extrapolaciones de estudios en mujeres no gestantes y/o series de
casos aislados...
Además es interesante saber que las mujeres optan por ciertos
tratamientos priorizando el bienestar de su futuro hijo que el suyo
propio...Como siempre nos han dicho nuestras madres, sufren más el
dolor de su retoño que el de ellas mismas... Por ello lo recomendable
es un buen consejo acerca de nuestras indicaciones medicamentosas en
un proceso que es fisiológico (y lo que puedan acarrear en su niño)
para así tomar una decisión con autonomía y libertad...
La heparina no atraviesa la placenta, pero queda en la puerta y el
riesgo de sangrado placentario existe... La Aspirina en el primer
trimestre presenta riesgos fetales, no así durante el tercer y
cuarto...
Como no hay clara evidencia para indicar heparinas al día de hoy, y
teniendo en cuenta lo que sí se sabe que hace (Osteopenia,
plaquetopenia, aumento de prematuridad, prolongación del trabajo de
parto, sangrados puerperales, hematomas de heridas.) lo más razonable
para mí sería no indicar, o hacerlo al menos en casos puntuales y
considerando ésta decisión con la madre. Que ella sepa lo que supone
usar esta droga en su cuerpo y su feto.
Por otra parte, la gran pregunta es cuando estudiar un embarazo
perdido... Algunos dicen que hasta un 15% de la población del mundo
tiene algún tipo de trombofilia heradada u adquirida, y sin embargo
nunca desarrollan clínica. ¿Y una vez diagnosticado? ¿Que hacemos?
Quizás sea peor el remedio que la enfermedad como decía mi abuela...
adaptación criolla del hipocrático Primum non nocere...
Como para meditarlo.
Abrazo, Sebastián.
Chest-2008-Bates-844S-86S.pdf
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